Este año no tenía pensado escribir ninguna entrada sobre #CyACartuja porque me parecía que cada año, después de seis años, me repito y las palabras van perdiendo brillo (nunca sentido).
Pero, amigos, para eso están los planes, para convertirnos en insumisos de nuestros propios convencimientos. Porque ha acabado la actividad y vuelvo a sentir la felicidad y la nostalgia de cerrar al darle clic a enviar y hacerle llegar a José Miguel los resultados de la actividad. Por eso me hago la loca, me meto a escribir un post y alargo el momento… Pero este año estoy aquí, sobre todo, porque una promoción con una energía tan bonita merece un reconocimiento por mi parte como una forma de devolverle los momentos de dicha y trabajo bien hecho que me han llenado de felicidad.
Lo habéis dicho muchos en vuestros blogs, ha sido un año diferente. Para unos por haber conocido y experimentado #CyACartuja y para todos, ellos incluidos, por las circunstancias que nos han encerrado en casa. A mí, justo, por ser el año en que había hablado con José Miguel de bajar a Granada a conoceros en persona y dar la clase en vivo. No pudo ser. Y, por no tener, no tenemos ni foto.
Además, nunca había sido la última profesional del año…, y me ha gustado un montón ese parecer que llego con la llave y cierro Twitter hasta el año que viene. Jajaja, ya sé que es pretencioso, pero dejadme soñar, es mi hobbie preferido, y es algo que nunca os dije en nuestros tuits sobre aficiones. Perdonadme, hoy confieso.
Como confieso, igualmente, que mi vida es mejor a partir de hoy, se ha enriquecido con vuestra simpatía, con vuestros GIFs, con la dedicación y ganas de hacer las cosas bien, con la ilusión de comprobar que hay talento y esfuerzo en generaciones a las que precedemos y con las que contamos para que, poco a poco, nos vayan dando el relevo. Debemos tener como misión de vida enseñaros, mostraros lo que hemos aprendido, que hay formas diferentes de hacer las cosas, que lo mejor que tenéis es vuestra razón crítica y que los imposibles son quimeras para los mediocres.
Vengo a contaros lo que ya sabéis, para que confirméis que sois sabios: José Miguel, vuestro profe, es una de las personas que más me alegro de haber encontrado en mi vida profesional. Y las razones son simples: le admiro por sacar adelante su método personal; por apostar por sus alumnos como si fueran sus hijos; por valorar el esfuerzo de los que se esfuerzan sin escatimar en ánimo y energía; por premiar, con la humildad de trataros como adultos, vuestra implicación en su asignatura (es uno de los mejores regalos que puede haceros alguien); por promocionaros como si hubierais sido sus mejores empleados, sus mejores alumnos, sus mejores genios y sus mejores polluelos. Todo en uno, sin paradojas ni contradicciones, sin dobleces, sin tener todo a favor y sin los mejores medios para llevarlo a cabo. Pero lleno de pasión, de ilusión, de entrega, de profesionalidad, de honorabilidad, de generosidad y de saber estar. Es buena gente, carajo, de esa que sabes, desde el momento en que llegan que han venido a quedarse en tu corazón para siempre. ¡Gracias por tanto, amigo!
Y no me alargo, estaría horas contando qué habéis sido todos y cada uno de vosotros para mí, a muchos os lo he ido diciendo y a otros no aún, pero tengo que deciros a todos y todas los que habéis sido o sois alumnos de #CyACartuja:
¡GRACIAS POR HACERME FELIZ!
Os hacéis querer. Aquí me tenéis para lo que necesitéis.